sábado, 25 de septiembre de 2010

INTERLOCUCIÓN PARA UNA REAL COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

Por: Vilarmina Ponce-Lucero
Lima-setiembre/2010

INTERLOCUCIÓN PARA UNA REAL COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

Cómo incorporar “la comunicación” en nuestros proyectos de desarrollo ha sido, sigue siendo, una persistente discusión entre formuladores, operadores, entidades cooperantes, organismos internacionales, estudiosos/as de la materia y demás actores vinculados, pero no es sino hasta octubre del 2006, que como producto de una construcción colectiva de más de 900 delegados/as de casi todos los países, asistentes al Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo (WCCD por su siglas en el inglés), que se intenta re-definir u homogeneizar el concepto de Comunicación para el Desarrollo.
Fue la primera vez que, gracias a la confluencia de distintos saberes, se propuso que la comunicación para el desarrollo debiera ser definida como: “Los procesos de diálogo, intercambio de información y construcción de entendimientos mutuos entre las comunidades y grupos sociales (…), como una estrategia y conjunto de herramientas eficaces para las intervenciones del desarrollo”1.
Con esta definición es importante resaltar que, en muchos casos, los mecanismos establecidos en los proyectos de desarrollo, sobre las intervenciones en comunicación, deben ser replanteados. Los proyectos están supeditados a los propios ritmos e intereses de las entidades gestoras que muchas veces no dan prioridad al tema y que, además, no cuentan con recursos humanos especializados y presupuestos adecuados para implementar acciones de comunicacionales apropiadas al espacio donde se interviene.
En sintonía con lo anterior, es decisiva insertar la “interlocución” como eje prioritario en los procesos de comunicación en los proyectos de desarrollo. Estas iniciativas requieren incluir desde la etapa de formulación a los/as beneficiarios/as, la interacción entre formuladores y población objetivo permite recuperar saberes, descubrir nichos y planificar acciones eficaces y eficientes, es decir, construir procesos donde las partes involucradas se apropien de las propuestas y se conviertan en actores/as de su propio desarrollo.
Para ello es necesario que los/as profesionales de comunicación refuercen habilidades e inicien procesos de capacitación y redescubran las múltiples estrategias, que van desde las acciones de animación socio-cultural al cambio de conductas; evitando concentrar sus intervenciones en sólo acciones de difusión, que no hacen más que restar espacios y campos de acción.
En la actualidad, el/la comunicador/a para el desarrollo debe manejar los diversos enfoques comunicacionales y atreverse a navegar por los nuevos espacios que se vienen abriendo.

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